Una red móvil consta de una red de estaciones base que
cubren un área delimitada (celda) y encaminan las comunicaciones en forma de
ondas de radio desde y hasta los terminales de los usuarios.
Las comunicaciones móviles siguen el principio general
de la telefonía: Conectar dos usuarios remotos a través del equipo de red de un
operador responsable de la gestión del servicio. Sin embargo, a diferencia de
los teléfonos fijos, en la red móvil no existen pares de cobre ni fibra óptica, y las transmisiones
de radio constituyen el enlace final. El teléfono móvil del usuario comunica a
través del aire con una antena, que a su vez comunica con la central del
operador. Ésta encamina la comunicación hacia la parte correspondiente en la
red fija o a través de otras antenas.
Para que la comunicación sea efectiva, el usuario
móvil debe estar en el área de alcance de una antena. Ésta tiene un alcance
limitado y cubre una pequeña área alrededor, llamada "celda" (de ahí
el otro nombre de "red de celdas” o “red celular" utilizado a menudo
para designar las redes móviles). Para cubrir el máximo territorio y garantizar
que los usuarios puedan siempre llamar, los operadores despliegan miles de celdas,
cada una equipada con estaciones base, asegurándose de que no haya huecos entre
ellas para que nunca se pierda la localización de los usuarios celdas urbanas, celdas rurales.
El tamaño de las celdas depende de muchos factores
como el tipo de antenas utilizado, el terreno (llanuras, montañas, valles,
etc.), la ubicación de la instalación (área rural, urbana, etc.), la densidad
de población, etc. El tamaño de la celda está también limitado por el alcance
del teléfono móvil que debe ser capaz de establecer el enlace de retorno.
Además, una estación base tiene una capacidad de
transmisión limitada y sólo puede gestionar simultáneamente un determinado
número de llamadas.
Por ello, en las zonas urbanas, con alta densidad de
población y un número importante de comunicaciones, las celdas tienden a ser
numerosas y pequeñas (a cientos o incluso a sólo unas decenas de metros de
distancia).
En las zonas rurales, con menor densidad de población,
el tamaño de las celdas es mucho mayor, a veces, hasta varios kilómetros,
aunque rara vez más de diez kilómetros.
Es importante subrayar que la disminución de la
potencia de la señal emitida por las antenas conlleva una reducción de la
cobertura de las celdas.
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